La IA pone en jaque la verdad informativa y la libertad de prensa

La IA pone en jaque la verdad informativa y la libertad de prensa

Evox News
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Advierten sobre los riesgos de la IA para el periodismo y el derecho a la información

La implementación de la inteligencia artificial (IA) genera importantes interrogantes legales, laborales y éticos que afectan el derecho a la información y la libertad de prensa. Esta fue una de las principales advertencias surgidas durante el VIII Congreso Internacional de Editores de Medios Europa-América Latina y Caribe, celebrado recientemente en la ciudad colombiana de Cartagena.

Manuel Fuentes, director editorial para América, resaltó que una de las mayores preocupaciones es la proliferación de desinformación y los denominados ‘deepfakes’. Explicó que estos contenidos falsos, creados con IA y de gran realismo, tienen la capacidad de manipular a la opinión pública y minar la confianza en los medios informativos.

Según Fuentes, esta tecnología complica la tarea de diferenciar la información veraz de la fabricada, impactando directamente en la credibilidad periodística.

Como ilustración, se mencionó la difusión de un video ‘ultrafalso’ durante las pasadas elecciones presidenciales en EE.UU., donde se atribuía al presidente Joe Biden una declaración de guerra. Dicho contenido se viralizó rápidamente, generando confusión antes de ser desmentido por verificadores.

Fuentes añadió que «el uso indebido de la IA puede también infringir derechos fundamentales como la privacidad y la protección de datos, sobre todo cuando se recopila y procesa información personal sin el debido consentimiento».

La IA pone en jaque la verdad informativa y la libertad de prensa

El factor humano

En el debate, moderado por Asela Pintado (Prensamedia), participaron también otros directivos de medios europeos y latinoamericanos, junto a Rita Vásquez, directora del diario panameño La Prensa.

Vásquez citó un estudio de la Universidad de Columbia que indica que un 60 % de la información generada por sistemas de IA presenta errores, atribuyéndolo en parte a la dificultad de los usuarios para formular preguntas precisas a la tecnología.

«Aunque la inteligencia artificial procesa el contenido de nuestras plataformas digitales, necesita de la inteligencia humana para extraer y (…) modificar esa información», expresó Vásquez.

Fuentes también alertó sobre el riesgo de sesgos en los algoritmos de IA, los cuales «pueden conducir a la censura de ciertos contenidos o a la promoción de otros». Señaló además que la concentración del poder informativo en grandes corporaciones tecnológicas podría llevar a una «centralización de la información».

Otro aspecto preocupante es la «manipulación de la opinión pública», indicó Fuentes, explicando que la IA puede usarse para «difundir información falsa o sesgada masivamente» con el fin de influir en procesos democráticos, citando como ejemplo lo ocurrido en las elecciones de Brasil en 2022.

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Impacto laboral

Fuentes abordó el impacto laboral de la IA, explicando que la automatización en las redacciones, si bien «optimiza la eficiencia» mediante la generación automática de noticias, también presenta riesgos. Estos incluyen el posible desplazamiento de personal y «la eventual pérdida de la calidad narrativa del periodismo».

«El uso de la IA también plantea desafíos legales y éticos», afirmó Fuentes. La rápida evolución tecnológica dificulta la regulación y la asignación de responsabilidades legales, especialmente en casos de difamación, propagación de noticias falsas o «el uso no autorizado de contenido protegido por derechos de autor».

Para enfrentar este panorama, que algunos temen «podría conducir a un futuro distópico», se sugirió la adopción de guías o principios editoriales sobre el uso de la IA. Fuentes mencionó como ejemplo pautas internas que establecen que «las herramientas de IA representan una ayuda que puede servir de apoyo al trabajo periodístico, pero no reemplazan la labor de los periodistas». La responsabilidad humana en la creación y verificación de la información sigue siendo fundamental.

«La inteligencia artificial debe ser una herramienta complementaria que apoye la labor periodística, pero sin reemplazarla, porque la veracidad y el rigor informativo son esenciales para proteger la libertad de prensa en la era digital», concluyó Fuentes.

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La creciente integración de la IA en la generación y difusión de información presenta tanto oportunidades como riesgos significativos para las empresas, no solo en el sector de medios. Desde una perspectiva económica, la adopción de IA puede optimizar costos operativos mediante la automatización, pero también exige inversiones en tecnología, capacitación y, crucialmente, en robustos sistemas de verificación para mitigar costosos errores reputacionales o legales derivados de la desinformación o infracciones de derechos de autor.

En términos de ventaja competitiva, las organizaciones que implementen la IA de manera ética y transparente, priorizando la supervisión humana y la veracidad, podrían fortalecer la confianza de sus audiencias y clientes, diferenciándose de competidores que sufran crisis de credibilidad. Por el contrario, un uso descuidado puede erosionar rápidamente el valor de marca.

Desde el punto de vista de la innovación, la IA ofrece herramientas potentes para personalizar contenidos, analizar grandes volúmenes de datos y descubrir nuevas perspectivas de mercado. Sin embargo, la verdadera innovación residirá en desarrollar modelos de negocio sostenibles que equilibren la eficiencia tecnológica con la indispensable supervisión humana y el criterio ético, asegurando que la tecnología sirva para potenciar, y no para degradar, la calidad y la fiabilidad de la información

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