Inacción ante la IA: Un lujo que no podemos permitirnos

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El Comportamiento Humano en la Era de la Hibridación: Entre la Inacción y la Agencia

Vivimos en una época compleja, un panorama donde las placas tectónicas de la geopolítica y la tecnología se mueven a una velocidad vertiginosa. Estados Unidos, en su momento defensor de los derechos humanos y los valores constitucionales, ahora se enfrenta a divisiones internas y a una erosión de estos mismos principios. La libertad de investigación y académica, pilares del progreso, se ven desafiadas. Mientras tanto, Oriente Medio es un crisol de tensiones persistentes, la crisis de Ucrania continúa desestabilizando Europa, y la propia Unión Europea se enfrenta a un preocupante giro a la derecha, impulsado por un resurgimiento del nacionalismo. Las relaciones transatlánticas entre Estados Unidos y la UE están tensas, marcadas por fricciones, mientras que Estados Unidos se retira de varias agencias de la ONU, señalando un alejamiento de la cooperación global. Y como telón de fondo de todo esto, se encuentra el avance incesante de la tecnología, en particular la explosión de la inteligencia artificial, que promete tanto oportunidades utópicas como riesgos distópicos. Ante este panorama, es crucial adoptar una postura proactiva en defensa de los valores que nos importan. Ser un mero espectador no es una opción.

Cuando cada (in)acción tiene consecuencias en línea, el efecto espectador, un fenómeno tan antiguo como la humanidad, adquiere una nueva y perturbadora dimensión.

La Psicología de la Inacción en un Entorno Híbrido

El efecto espectador, identificado por primera vez en la psicología social, describe la difusión de la responsabilidad cuando los individuos forman parte de un grupo. Cuanto mayor es el grupo, menos probable es que un individuo intervenga en una situación, asumiendo que otra persona actuará. Esta tendencia humana inherente, que ya perjudica a las personas y a la sociedad en un entorno analógico, se ve agravada por las circunstancias del mundo actual. El trágico caso de Kitty Genovese en 1964 ilustró este concepto, aunque los detalles del caso han sido objeto de posterior escrutinio y revisión.

Saturados por un tsunami constante de (des)información en línea, nos sentimos como un pequeño engranaje en una gigantesca caja negra, sin influencia discernible en el resultado. Nos enfrentamos cada vez más a desafíos globales insuperables, conflictos que desafían soluciones fáciles e injusticias sistémicas arraigadas en la sociedad. Esto crea una sensación de impotencia. El sentimiento de ser una víctima, incapaz de cambiar nuestra propia situación, y mucho menos la de los demás, refuerza aún más nuestra propensión a adoptar una postura de espectador, centrándonos en nuestras propias necesidades e ignorando el resto.

Varios factores contribuyen a esto:

Sobrecarga de Información: El volumen de información, a menudo conflictiva y abrumadora, puede llevar a la fatiga por compasión o a una sensación de parálisis. Somos bombardeados con noticias de todo el mundo, presenciando sufrimiento e injusticia a gran escala, lo que puede dejarnos sintiéndonos sobrepasados e incapaces de procesar, y mucho menos actuar, sobre lo que vemos.

Distancia Digital: Si bien la tecnología nos conecta de maneras sin precedentes, también puede crear una sensación de distancia de las realidades del sufrimiento humano. Presenciamos eventos en pantallas, a menudo filtrados y mediatizados, lo que puede disminuir nuestro sentido de empatía y urgencia moral.

Complejidad e Incertidumbre: La naturaleza multifacética de los desafíos actuales, desde los conflictos geopolíticos hasta el cambio climático, puede dificultar la identificación de cursos de acción claros. Esta complejidad, junto con la incertidumbre sobre las posibles consecuencias de nuestras acciones, puede conducir a la inacción.

La Importancia de la Agencia en un Mundo Híbrido

La agencia, la capacidad de actuar intencionalmente, es fundamental para el bienestar humano. Nuestras acciones dan forma a nuestras vidas, contribuyen a nuestras comunidades y nos ayudan a encontrar significado y propósito. Sin embargo, la capacidad percibida («puedo actuar») y el deseo de actuar («quiero actuar») son tan importantes como la acción misma. Cuando carecemos de agencia, experimentamos una disminución del sentido de uno mismo, lo que lleva a la alienación, la desesperación y la indefensión aprendida.

En un mundo híbrido, donde nuestras vidas en línea y fuera de línea están cada vez más entrelazadas, la erosión de la agencia puede manifestarse de manera insidiosa.

Cámaras de Eco en Línea: Los algoritmos de las redes sociales pueden crear cámaras de eco cognitivas, reforzando nuestras creencias existentes y limitando nuestra exposición a perspectivas diversas. Investigaciones muestran cómo las cámaras de eco en línea y las burbujas de información refuerzan los sesgos existentes y limitan la exposición a puntos de vista diversos, lo que podría obstaculizar el pensamiento crítico y el compromiso cívico. Esta conformidad intelectual y la renuencia a desafiar el *statu quo* disminuyen aún más nuestra agencia individual.

Ilusión de Participación: El activismo en línea, aunque valioso, a veces puede crear la ilusión de participación sin conducir a un cambio significativo. Dar «me gusta» a una publicación puede proporcionar una sensación temporal de agencia, pero rara vez se traduce en un impacto en el mundo real, y subconscientemente, somos conscientes de ello. Se argumenta que es una forma perezosa de acción; un placebo para el uso de la agencia que implica esfuerzo.

Vigilancia de Datos y Manipulación: La mayoría de los servicios en línea están condicionados por nuestra aceptación de que nuestros datos sean utilizados, lo que a su vez permite a la empresa que ofrece ese servicio refinar su capacidad para predecir e influir en nuestro comportamiento en el futuro. El concepto de capitalismo de vigilancia examina cómo las empresas tecnológicas utilizan los datos personales para predecir y manipular el comportamiento del consumidor con fines de lucro. Más allá de las preocupaciones sobre la manipulación y el control, este tipo de aceptación obligada erosiona nuestro sentido de agencia.

Todo esto ha estado sucediendo durante las últimas dos décadas, pero algo ha cambiado con la entrada de la IA generativa.

IA: Un Arma de Doble Filo

La IA nos presenta una paradoja compleja. Por un lado, puede mejorar la agencia humana. Las herramientas impulsadas por la IA pueden:

Democratizar la Información: La IA puede ayudarnos a examinar grandes cantidades de datos, identificar fuentes confiables y acceder a información que de otro modo sería inaccesible, lo que nos permite tomar decisiones más informadas.

Facilitar la Acción Colectiva: Las plataformas en línea impulsadas por la IA pueden conectar a personas con intereses compartidos y facilitar la acción colectiva, permitiéndoles organizarse y movilizarse para el cambio social.

Automatizar Tareas Mundanas: Al automatizar tareas rutinarias y repetitivas, la IA puede liberar nuestro tiempo y recursos cognitivos, permitiéndonos concentrarnos en actividades más significativas y creativas, aumentando nuestra sensación de agencia.

Sin embargo, la IA también pone en peligro la agencia humana:

Sesgo Algorítmico: Los sistemas de IA se entrenan con datos, y si esos datos reflejan los sesgos sociales existentes, la IA perpetuará e incluso amplificará esos sesgos, lo que conducirá a resultados discriminatorios y marginará aún más a los grupos vulnerables.

Desplazamiento Laboral: La automatización de empleos por parte de la IA podría conducir a un desempleo generalizado y a la desigualdad económica, dejando a muchas personas sintiéndose impotentes y sin propósito.

Pérdida de Habilidades Humanas: A medida que dependemos cada vez más de la IA para realizar tareas, corremos el riesgo de perder las habilidades y el conocimiento asociados con esas tareas, haciéndonos más dependientes de la tecnología y menos autosuficientes.

Conclusiones Prácticas: El Marco «A» para Recuperar la Agencia

Recuperar la capacidad y la voluntad de actuar es esencial. Cada ser humano importa cuando se trata de la trayectoria de la sociedad. Particularmente en un entorno donde los parámetros tradicionales del poder analógico están cambiando, debemos cultivar un sentido de agencia aguda, individual y colectivamente. El Marco «A», con sus cuatro principios interconectados, proporciona un esquema práctico para comenzar:

  1. Atención (Awareness): Cultivar una conciencia crítica de las fuerzas que dan forma a su vida y al mundo que le rodea. Esto incluye comprender el contexto geopolítico, la influencia de la tecnología y los factores psicológicos que contribuyen al efecto espectador.
  2. Apreciación: Valorar las capacidades únicas tanto de la inteligencia humana como de la artificial. Apreciar el poder de la tecnología para mejorar nuestras vidas, pero también reconocer el papel irremplazable de la agencia humana, la empatía y el pensamiento crítico en la configuración de un futuro justo y sostenible.
  3. Aceptación: Aceptar la realidad del cambio y la incertidumbre. Aceptar que el mundo es complejo y que no hay soluciones fáciles. Concentrarse en lo que puede controlar y tomar una acción práctica cada día, en lugares donde pueda marcar la diferencia.
  4. Asumir Responsabilidad (Accountability): Asumir la responsabilidad de sus propias acciones y defender los valores en los que cree. Hacerse responsable a sí mismo y a los demás de defender los principios éticos y morales que le importan, y desafiar a aquellos que los pisotean. Cada uno de nosotros, en nuestro respectivo pequeño rincón, puede modelar la dignidad humana y defenderla.

Al adoptar estos principios, podemos resistir la erosión de la agencia en un mundo híbrido y trabajar hacia un futuro donde la tecnología nos permita a todos prosperar.

Insights de Evox News: Cómo la Erosión de la Agencia Puede Impactar tu Negocio

La noticia sobre la erosión de la agencia en un mundo híbrido, impulsada por factores como la sobrecarga de información, la distancia digital y el avance de la IA, presenta implicaciones significativas para las empresas en varios frentes:

Innovación y Adaptabilidad: Una fuerza laboral con un sentido de agencia disminuido puede ser menos propensa a la innovación, la toma de riesgos y la adaptabilidad. Los empleados que se sienten impotentes o desconectados pueden ser menos proactivos en la búsqueda de soluciones creativas o en la adaptación a los cambios del mercado. Esto puede afectar la capacidad de una empresa para competir y mantenerse a la vanguardia en un entorno empresarial en constante evolución.

Compromiso y Productividad: La falta de agencia puede conducir a una disminución del compromiso y la motivación de los empleados. Esto, a su vez, puede afectar la productividad, la calidad del trabajo y la retención del talento. Las empresas podrían enfrentar mayores tasas de rotación, dificultades para atraer y retener a empleados de alto rendimiento y una disminución general en el rendimiento organizacional.

Cultura Organizacional: Una cultura empresarial que no fomenta la agencia y el empoderamiento de los empleados puede generar un ambiente de trabajo tóxico, caracterizado por la apatía, la falta de confianza y la comunicación deficiente. Esto puede socavar la colaboración, el trabajo en equipo y la moral general de la empresa.

Toma de Decisiones: La erosión de la agencia no se limita a los empleados de nivel inferior. Los líderes y gerentes que se sienten abrumados por la complejidad e incertidumbre del entorno actual también pueden verse afectados. Esto puede llevar a una toma de decisiones deficiente, a la aversión al riesgo y a la incapacidad para responder eficazmente a los desafíos y oportunidades del mercado.

Relación con la Tecnología: Las empresas deben ser conscientes del impacto de la tecnología, incluida la IA, en la agencia de sus empleados. Si bien la automatización puede mejorar la eficiencia, es crucial equilibrar la tecnología con el empoderamiento humano. Las empresas deben invertir en capacitación y desarrollo para ayudar a los empleados a adaptarse a las nuevas tecnologías y a desarrollar habilidades que complementen, en lugar de reemplazar, las capacidades humanas.

En resumen, las empresas que no aborden activamente la erosión de la agencia corren el riesgo de sufrir consecuencias negativas en términos de innovación, compromiso, cultura organizacional y, en última instancia, en su capacidad de competir. Fomentar un entorno que promueva la agencia, la autonomía y el empoderamiento de los empleados es fundamental para el éxito a largo plazo en el complejo panorama empresarial actual.

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