Descubre cómo Enrique Topolansky transformó su primer empleo «hackeando el sistema» a su favor

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Así fue la Experiencia Laboral Inicial en la Universidad ORT Uruguay del Actual Director del Centro de Innovación y Emprendimientos: Tres Lecciones Clave

Para Enrique Topolansky, su primera experiencia laboral fue comparable a un entrenamiento intensivo. A los 20 años, ingresó como asistente de laboratorios en la Universidad ORT Uruguay, institución donde actualmente dirige el Centro de Innovación y Emprendimientos. «Me permitió enfrentarme a numerosos desafíos y problemas tecnológicos. Al principio, todo representaba un gran esfuerzo, pero gradualmente fui mejorando, de manera similar a como se progresa en un gimnasio», relató a Evox News.

Durante seis horas diarias, Topolansky se desempeñaba como guía para los estudiantes y sus proyectos. Su principal responsabilidad era asistir a los alumnos que se iniciaban en los lenguajes de programación y brindarles apoyo en la resolución de problemas, una tarea que, si bien no era sencilla, le proporcionó habilidades que sigue aplicando en la actualidad.

«Ayudar a otros a aprender, sin resolver directamente el problema, es una habilidad que adquirí en ese momento y que me ha marcado hasta el día de hoy. Para un líder de equipo, más que ofrecer soluciones, es fundamental formular preguntas que orienten y permitan extraer el máximo potencial de cada individuo», señaló.

Otra de las enseñanzas que atesora es la de priorizar la curiosidad y atreverse a desafiar los paradigmas establecidos. «Recuerdo que en aquella época existían mayores restricciones en el uso de los recursos; por ejemplo, se limitaba el número de impresiones por estudiante. Entonces, desarrollé una solución que me permitía eludir esa barrera de seguridad para imprimir una mayor cantidad de hojas», rememoró.

«Cuando fui descubierto, mi principal inquietud era la posibilidad de ser despedido, pero la mayor preocupación de mis superiores, más que sancionarme, era comprender cómo había logrado sortear la seguridad. Esto me permitió apreciar que la capacidad de ‘hackear el sistema’ es algo muy valorado», explicó.

Ese incidente quedó grabado en su memoria y le impulsó a desarrollar su curiosidad, a llevarla más allá de los límites y a no conformarse con un simple «no se puede», reflexionó. «Es crucial investigar, estudiar y mantener siempre una mentalidad abierta para adquirir nuevos conocimientos, incluso, en muchas ocasiones, de personas que aparentemente son tus alumnos», afirmó.

Esa es la recomendación que se daría a sí mismo si regresara a su primer día de trabajo en el laboratorio. «Uno comienza intentando evitar errores y ser precavido, cuando en realidad hoy haría todo lo contrario. Preguntaría, me involucraría, investigaría, porque así se aprende mucho más y de forma más acelerada», reveló.

Este es también el consejo que procura transmitir a los emprendedores con los que colabora, ya que, en su opinión, un buen líder debe poseer la virtud de inspirar.

«Los mentores que tuve poseían la capacidad de motivarme a actuar y, sobre todo, de permitirme hacerlo», indicó. Hoy en día, procura aplicar esta filosofía desde su posición de liderazgo, aunque reconoce que no siempre resulta fácil. «A menudo, debido a la carga de trabajo y la cantidad de proyectos simultáneos, es más sencillo resolver uno mismo, pero es fundamental detenerse y buscar la forma de empoderar a los demás», opinó.

«Cuando se está al frente de un laboratorio de innovación, no se debe condicionar una visión de futuro ni una forma de pensar, porque lo más probable es que se termine siendo mucho más lento y alcanzando un resultado menos ambicioso. En cambio, si se estimula a todos aquellos que piensan de manera diferente, existen mayores probabilidades de que surjan los nuevos unicornios. Para nuestro centro, es esencial contar con personas muy audaces que conciban ideas innovadoras», enfatizó.

*Este artículo es una adaptación de la edición impresa de febrero de 2025.

Insights de Evox News: Cómo la Experiencia de Enrique Topolansky puede Impactar tu Negocio

La trayectoria de Enrique Topolansky, desde asistente de laboratorio hasta director de un centro de innovación, ofrece valiosas lecciones para cualquier empresario o gerente. Su experiencia resalta tres aspectos clave que pueden impactar positivamente en un negocio:

  1. Fomento de la Curiosidad y la Innovación: Topolansky subraya la importancia de «hackear el sistema» y no conformarse con el «no se puede». Esto se traduce en un entorno empresarial donde se alienta a los empleados a cuestionar el statu quo, a experimentar y a buscar soluciones creativas a los problemas. Esta cultura de innovación puede generar una ventaja competitiva significativa, permitiendo a la empresa adaptarse rápidamente a los cambios del mercado y desarrollar productos o servicios disruptivos.
  1. Empoderamiento y Liderazgo Inspirador: La experiencia de Topolansky destaca la importancia de un liderazgo que no se limite a dar soluciones, sino que empodere a los miembros del equipo. Hacer preguntas que orienten, en lugar de dar respuestas directas, fomenta el pensamiento crítico y la autonomía. Esto no solo mejora la moral y el compromiso de los empleados, sino que también puede conducir a soluciones más innovadoras y eficientes, ya que se aprovecha el talento y la creatividad de todo el equipo.
  1. Aprender de los Errores y la Diversidad de Pensamiento: La anécdota de Topolansky sobre cómo superó las restricciones de impresión ilustra la importancia de no temer a los errores, sino de aprender de ellos. Un entorno empresarial que tolera los errores y valora la diversidad de pensamiento permite a los empleados explorar nuevas ideas sin miedo al fracaso. Esto puede conducir a descubrimientos inesperados y a la identificación de oportunidades que de otro modo podrían haberse pasado por alto. La diversidad de perfiles, experiencias y perspectivas, como menciona el artículo, es esencial para la innovación.
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